lunes, 1 de octubre de 2007

Sacro Imperio Alemán Nazi

Una vez fallecido Carlomagno, su hijo, Ludovico Pío no pudo mantener la integridad del imperio, el cual entró en una recta decadencia. Ludovico Pío –o Luis el Piadoso— al momento de dar a conocer su testamento y el deseo de repartir el imperio de su padre entre los 3 hijos de su primer matrimonio(Lotario I, Pipino de Aquitania y Luis el Germánico), tensó las relaciones entre ellos, las cuales “explotaron” al momento de querer agregar a su cuarto hijo, Carlos el Calvo. Los 3 hijos de su primer matrimonio con Hermenganda de Hesbay se revelaron contra su padre, resultando muerto Pipino de Aquitania en 838; el conflicto siguió entre los 3 hijos restantes y, Carlos el Calvo y Luis el Germánico se aliaron contra el primogénito, Lotario I, el cual fue derrotado en la Batalla de Fontenoy-en-Puisaye, forzando el Tratado de Verdún(843), que repartió los territorios del antiguo imperio carolingio, quedándose Luis el Germánico con Germania (actual Alemania), Carlos el Calvo con las Galias(que comienzan a ser llamadas Francia) y Lotario I con los territorios de la actual Italia y con Lotharingia(Franja desde Suiza hasta el Mar del Norte; en estos territorios se encontraba Aquisgrán), haciéndose con las 2 antiguas capitales del imperio de su abuelo, Roma y Aquisgrán y, por tanto, Emperador nominal carolingio. Bajo este escenario es que empieza a surgir nuevamente la idea de restaurar el imperio romano y se formara en Europa un nuevo imperio romano entierras germanas: El Sacro Imperio Romano Germánico, el cual se mantendrá próspero en cultura y ajeno a las invasiones normandas y al feudalismo.

Tras la abdicación de Lotario en 855, luego de haber promulgado el Constitutio Lothari que “reclama la superioridad del poder del emperador respecto del papado” [1], asumen sus 3 hijos, que para el 875 estaban todos muertos y habían cedido los territorios a sus tíos, Luis el Germánico y Carlos el Calvo. Años más tarde, Francia Occidental(los terrenos de Carlos el Calvo) fue asolada por las invasiones normandas y en 877 se reconoce la Capitular de Quierzy, “estableciendo la heredad de los principados y cargos condales”[2], fortaleciendo y consolidando el incipiente feudalismo. En lo que respecta al reino de Luis el Germánico, se incluyó parte del territorio de Lorena, se fortaleció la autoridad real y se fomentó la literatura vernácula. Pasan cerca de 40 años dentro de los cuales destaca el monarca Carlos III, el gordo, y es elegido Rey de Germania el duque Enrique de Sajonia—también llamado Enrique I el Pajarero— , quien empieza a realizar intentos de unificación entre los ducados de Germania. Muere sin lograrlo y le sucede su hijo Otón I el Grande, el que persigue un objetivo aún más ambicioso, formar un imperio cristiano de la talla del Imperio Romano de Occidente[3]. Otón I logra la unificación de estos pueblos y funda y se corona emperador de lo que será conocido a fututo como Sacro Imperio Romano Germánico. Bajo el reinado de Otón I existe un auge de las artes y arquitectura, existe un renacimiento cultural, llamado el renacimiento otoniano. Lo característico de este nuevo imperio, que mantendrá desde su fundación por Otón I el Grande en 962 hasta su disolución en 1806 por Napoleón I (Napoleón Bonaparte), es que será un conglomerado de estados germanos cristianos divididos políticamente en condados, principados, abadías, ducados, entre otros; lo que hará de este nuevo imperio bastante menos cohesionado que el resto de las naciones, reinos, ducados, marcas e imperios contemporáneas a él. Cabe destacar el fuerte vínculo que mantenían con la Iglesia, la cual en varias ocasiones estuvo controlada por los “sacro romanos-germanos”y viceversa, ya que bastantes de las divisiones territoriales eran controladas por eclesiásticos(abades, obispos, etc.).El imperio era conformado por el Rey y por los estados imperiales; el rey progresivamente debió ir cediendo poder a éstos. Este rey debía ser coronado por el Papa, de lo contrario su poder y autoridad no eran reconocidos en su totalidad, eran considerados reyes de los romanos y no emperadores del Sacro Imperio. .

Existían también instituciones que regulaban el funcionamiento del imperio, una de ellas era el Reichstag el órgano legislativo del conglomerado, se dividía en 3 partes: - Consejo de Electores(sólo electores)

- Consejo de Príncipes, segmentado en 2 brazos: el de los laicos o brazo secular(Príncipes, Gran Duques, Duques, Condes Palatino, Margraves o Landgraves) y el brazo eclesiástico(Arzobispos, ciertos abades y 2 maestres de la Orden Teutónica)

- Consejo de Ciudades Imperiales, agrupados en 2 “colegios” Suabia y Rin, teniendo cada uno un voto colectivo. Era el menos poderoso y no tenía opinión en diversas materias.

Habían, además, 2 cortes: la corte del Rey o Consejo Aulico y la Cámara de la Corte Imperial. Esta última instaurada en 1495 que regula los asuntos de las fuerzas militares y tópicos bélicos.[4]

En lo que respecta a su desarrollo y dinastías gobernantes, la dinastía carolingia reinaría hasta el año 911(en Francia Oriente, en Francia Occidente gobernarían hasta el 987) antes de la fundación del Sacro Imperio. Luego de la muerte del último monarca, Luis IV el niño, es electo Conrado I, duque de Franconia, quien al morir propone a su mejor rival, Enrique I, el Pajarero, padre del fundador del imperio, Otón I. En los años siguientes el único avance importante, aparte del Renacimiento Otoniano, es la derrota de los magiares por parte de los “romano-germanos”, que pondrá fin a su hostigamiento militar en el este. La descendencia de Otón había ocupado el trono, ya que a pesar de que los monarcas eran electos, el emperador(no se hacían llamar Emperadores Romanos ni Césares para no entrar en conflicto con los bizantinos) poseía la capacidad de designar a sus líderes, pero al morir Enrique II, el Santo, sin descendientes, acabo con la dinastía de los Otones y hubo que elegir a un nuevo monarca. Los príncipes electores dieron el “visto bueno”a Conrado II e inició así la dinastía Sálica. Dentro de esta dinastía se evidenció que los monarcas preferían vivir en sus territorios natales que en los que debían gobernar y Otón III detuvo esta práctica, ubicando temporalmente las sedes de gobiernos en los distintos obispados del imperio. Sus sucesores redujeron el poderío de los duques y apareció el concepto de reino teutónico. El funcionamiento del imperio entra en crisis durante de la Querella de Investiduras, conflicto que enfrentó al Papado y al Sacro Imperio sobre el derecho de elegir a los funcionarios de la Iglesia. El sucesor de Enrique IV, Enrique V fue le último emperador de la dinastía de Sálica. Lo sucede Lotario II, que sin descendientes da pie a la dinastía Hohenstaufen, de la cual su primer emperador es Federico I Barbarroja, en cuyo mandato el imperio alcanza su máximo apogeo y comienza a llamarse Sacro Imperio Romano Germánico. Barbarroja introdujo un nuevo cuerpo de leyes, basado en el derecho romano y en el Corpus Iurius Civilis, que plasmó los derechos de los que ejercían cargos públicos y de terratenientes. Ingresa al imperio el concepto incipiente de nacionalismo que florecerá en el siglo XIX y abolió las venganzas y resentimientos personales entre los ducados y dentro del imperio. Se crea la base de lo que será la caballería imperial, fundamental en la defensa del reino frente a amenazas internas y externas. Además se fundan numerosas ciudades. Otro destacado Emperador de esta dinastía es Federico II Hohenstaufen, quien excomulgado y sin la bendición papal emprende la sexta cruzada y logra conquistar Jerusalén. Se preocupó de fortalecer los territorios en Italia y les cedió mucho de su poder a duques y eclesiásticos terratenientes, lo que le valió la rebelión de su hijo y el nuevo nombre de los duques: domini terrae, lo que indicó claramente que eran reyes sobre sus territorios. A su muerte el trono queda vacante y no emerge ninguna dinastía, sino 2 duques que ascendieron a reyes(Enrique Raspe y Guillermo II de Holanda), este período se conoce como Interregnum y va desde el 1246 hasta el 1273, año en el cual es electo, pero no coronado Rodolfo I de Habsburgo. Se establece en 1356 la Bula de Oro, para que no ocurra otro lapso sin dinastía gobernante; la Bula de Oro postula que los príncipes electores serán los arzobispos de Maguncia, Tréveris y Colonia, el conde del Palatinado, el duque de Sajonia, el margrave de Brandeburgo y el rey de Bohemia.[5]. Desde este punto se fue centrando las riquezas en algunos pocos privilegiados, mediante impuestos se hostigaba a los pequeños terratenientes. Pasado el 1400 los monarcas Segismundo de Luxemburgo y su sucesor Federico III de Habsburgo, deciden ir a residir a sus propios terrenos, lo que causó que órganos como el Reichstag y el Hoftag (asamblea de dirigentes del reino) se tornen inoperantes, abundan las escaramuzas entre duques y la iglesia entre en crisis. Su hijo Maximiliano I de Habsburgo convoca al Reichstag para instaurar la denominada “Reforma Imperial”, en la cual se instauran los Estados del Circulo Imperial y la Corte de la Cámara Imperial. En los años posteriores el Rey instala su propia corte y el nombre del imperio cambia a “Sacro Imperio Romano de la Nación Germana”. Durante el siglo XVI, surge la reforma protestante y surge la “Guerra de los 30 Años”(1618-1648), puesto a q el Este se identifica con la nueva reforma, pero el Oeste apoya a la Iglesia Católica. La desastrosa guerra termina gracias a la Paz de Westfalia(1648), pero el país sufrió las intervenciones danesa, sueca y francesa restando territorio al imperio y devastándolo; al momento de dictar la anteriormente mencionada Paz, en el territorio imperial habían más de 350 estados autónomos. Lamentablemente el imperio se transformó en una confederación de estados, sin nadie que los liderase; las sucesivas guerras y el ascenso de Prusia marcan el comienzo de su decadencia, la cual culminará en 1806 con la disolución del imperio por parte de Napoleón Bonaparte.

Al haberse mantenido como una confederación de estados independientes, nunca lograron la unidad que posteriormente logró Francia; cabe mencionar también que los monarcas(no todos) eran elegidos por los duques y otros grandes terratenientes, por lo que para garantizar su elección debían ceder para cada sufragio más poderes a estos, lo que, luego de 800 años de imperio, supuso una gran crisis que terminó por segmentar y desmoronar al imperio, además de ésta, podemos identificar más causas de su decadencia, entre éstas figuran la Querella de Investiduras y todos los conflictos entre papado y emperador y , también, aunque no hayan estado en un estado feudal “de iure” lo estuvieron, en parte, “de facto”, pues los duques, condes palatino, obispos, entre otros, eran verdaderos señores feudales, con vasallos a su cargo y pseudo-obediencia al Rey(o emperador), lo que fortalece el hecho de haber muchos los territorios independientes. Dentro de las proyecciones y consecuencias que tuvo este imperio, la más importante es el haber influido a la posterior Alemania, tanto en concepto de nacionalismo, como en la idiosincrasia de ser germanos y descendientes de excelentes genios militares; mediante este concepto, y gracias a él, es que se expandió el Imperio Alemán y posteriormente el Nazi. Llamados el Segundo y Tercer Reich, son uno de los elementos que marca fuertemente el mundo contemporáneo, estando involucrados en la I y II Guerra mundial, respectivamente. Se puede decir que el Sacro Imperio Romano Germánico es el configurador del escenario político-económico como lo vemos hoy en día, ya que, luego de la II Guerra Mundial, Europa se ve devastada, dándole la importancia que adquiere hoy en día América, específicamente, Estados Unidos, país el cual lidera el mundo actual.

Javier Rodríguez G. =)

III°A


[1] www.wikipedia.cl/Lotario_I

[2] www.wikipedia.cl/Carlos_el_Calvo

[3] María José Ahumada G., Guía: Imperios Medievales, página 3

[4] www.wikipedia.cl/ Sacro_Imperio_Romano_Germ%C3%A1nico

[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Bula_de_oro